Querida amiga:
Todos vamos para allá
Es la mejor frase para comenzar esta lección y es algo que debes entender.
El envejecimiento es un proceso natural por el que todas pasamos y que puede traer consigo cambios en nuestra piel, incluyendo la aparición de ojeras.
Por esta razón, aunque insistas maquillarte de la misma forma que hace 5 años, ahora quizá no se te ve tan bien.
¿Por qué profe?
Porque a medida que envejecemos, nuestra piel se vuelve más delgada y pierde colágeno, que es la proteína responsable de mantener nuestra piel elástica y firme. Cuando esto ocurre, la piel bajo nuestros ojos se vuelve más translúcida y los vasos sanguíneos subyacentes (vasitos ocultos o escondidos) se hacen mucho más visibles, lo que puede dar lugar a las ojeras.
Y por supuesto: ten en cuenta que una piel más fina, menos firme y menos elástica bajo tus ojos, da lugar a una mayor aparición de líneas de expresión (Comúnmente llamadas “Patas de gallo”) que tantas molestias nos crean a la hora de aplicar maquillaje y tratar de disimular la oscuridad.
Además, el envejecimiento también puede causar una pérdida del tejido graso en el área debajo de los ojos. Esto puede llevar a la formación de hundimientos o sombras que se ven como ojeras oscuras (además de que esto hace que la zona se sienta muchísimo más seca).
Pero es que también debes saber que hay cambios estructurales que pueden ocurrir con la edad. Por ejemplo, a medida que envejecemos, podemos experimentar una pérdida de volumen en la cara, lo que puede hacer que los ojos se vean hundidos y las ojeras sean más notables, además de que tu nariz y orejas seguirán creciendo con el paso de los años, por lo que no pinta muy bien el panorama para nuestras ojeras.
Y aunque el envejecimiento es un proceso natural e inevitable, existen prácticas de cuidado de la piel y estilos de vida saludables que pueden ayudarte a minimizar algunos de estos cambios.