Todas las pieles son sensibles: Pero lo que nadie te explica es que algunas pieles son más sensibles que otras a algunos factores como el cambio de clima, la alimentación o las emociones.
Así como todas las pieles son un universo, las pieles sensibles también lo son.
Pero quienes padecen de una “extra” sensibilidad de la piel (pieles mucho más suaves y delicadas que lo habitual) necesitan tener cuidados especiales y en esta lección para que conversemos un poco sobre el tema.
Piensa en la piel sensible como en la piel de un bebé recién nacido ¿Has visto lo suave y delicada que es su piel? Bueno, la piel sensible es similar a la piel de un bebé: es suave y delicada y necesita un cuidado especial para mantenerse feliz y saludable.
La piel sensible puede enrojecerse, picar o sentirse incómoda con facilidad, especialmente cuando se le aplican ciertos productos o se expone a ciertos ambientes, como el frío o el calor extremo. Es como si el bebé llorara porque algo no le gusta.
Entonces, ¿qué podemos hacer para cuidar nuestra piel sensible?
Y hablando de alimentos: ¿Sabías que tu piel refleja que tanta tolerancia tienes o no a un alimento? Yo tengo rosácea leve los lácteos me la disparan y me dan mucha picazón y extra sensibilidad. Por eso prefiero evitarlos.
En conclusión las pieles sensibles deben mantenerse alejadas de:
– Alcoholes
– Perfumes
– Colorantes
Hidratar y proteger cada día nuestra piel y recordar que cada piel sensible es única. Por lo que si sufres de extra sensibilidad en la piel o muchos productos te causan brotes, alergias o enrojecimientos así se encuentren en buen estado, lo mejor es visitar a tu dermatólogo de confianza.
Recuerda que lo que funciona para una persona puede que no funcione para otra, así que es importante escuchar a tu piel y darle lo que necesita para mantenerse saludable y feliz.